Eran las tres de la tarde y ella lloraba inconsolablemente mientras estaba sentada en una de las sillas que tienen frente al río grande que pasa por el malecón. En ese momento, creía que su vida era un completo disparate. Se sentía cansada de su trabajo de asistente en una firma de abogados, porque tenía una montaña de informes sin terminar; se cuestionaba porque no contaba con el tiempo suficiente para compartir con sus hijos; sufría de dolencias en todo el cuerpo por lo que visitaba muchos médicos con frecuencia; extrañaba los momentos románticos del pasado con su esposo, quien le exigía constantemente que hablaran seriamente sobre el divorcio debido a los problemas. Así se encontraba Camila, con ganas de gritar fuertemente para desahogar su impotencia, pero solo podía bajar la cabeza y disimular su dolor. Hasta que se le acercó una anciana en silla de ruedas para ofrecerle una botella de agua de las que vendía a los transeúntes del lugar en su tiendita móvil. La adulta mayor le pasó la mano por la espalda y con voz suave le dijo que no conocía su pena, pero que fuera cual fuera iba a superarla. Camila le contó su situación y le manifestó que no encontraba la manera de salir de ese difícil escenario. A lo que la anciana respondió que sí podía, le dijo que su condición era la típica historia de las personas que viven sin organización, sin objetivos claros y sin tener acción de gratitud. Además, le aconsejó que empezara a agradecer a Dios por todo lo que tenía (bendiciones y problemas) pues solo de esa manera encontraría la paz y la felicidad que tanto le eran esquivas.

La gratitud

La gratitud es la disposición que tiene una persona para agradecer al ser supremo por los favores recibidos y por las lecciones aprendidas. Se agradece por los favores recibidos, porque este acto nos llena alegría y regocijo. Pero también, se debe agradecer por las lecciones aprendidas, ya que estas lecciones nos hacen más fuertes y nos ayudan a valorar la vida. Una persona agradecida recibe dones de parte de Dios continuamente. Así mismo, se puede ver como esa persona en acto de gratitud aprecia más la vida y no da nada por sentado, sino que cree que lo que recibe es por su esfuerzo y por la bendición de Dios. 

Las siguientes características nos harán comprender cómo es una persona agradecida:

  1. Las personas agradecidas sonríen

Una sonrisa le puede cambiar el día a alguien que está triste y desesperanzado. Sonreír puede tener beneficios positivos en tu vida.

  1. Tienen presente lo que Dios hace en sus vidas día a día.

No se olvidan del creador y tienen presente que la vida es una bendición y que cada suceso puede estar guiado por Él cuando somos agradecidos. 

  1. Tienen una actitud de reverencia hacia Dios en un momento del día. 

    Puede ser una oración en la mañana, al medio día o al caer la tarde; puede ser una rutina de meditación o la entonación diaria de alabanzas; pero la persona agradecida expresa su afecto hacia el creador de una u otro manera.

  2. Son felices con lo que tienen y trabajan por conseguir lo que desean sin afán.

No están pendiente de que tienen los demás, sino que se concentran en sus propias metas y en la manera de alcanzarlas con trabajo y constancia, sin envidiar lo que poseen otros.

  1. Comparten con el necesitado. 

    Sea conocimiento, afecto o bienes materiales, un individuo agradecido siempre está presto a dar y a compartir con quien lo necesita.

Esos son los sencillos pasos para ser agradecidos, dar gracias a Dios con conciencia por podo lo recibido, haciéndolo de una manera humilde y buscando el toque personal. No importa tu creencia religiosa, la gratitud hacia el ser supremo debe salir del corazón, pues solo de esa manera recibiremos los favores más increíbles de la vida. Aunque muchas veces, expresar gratitud no tiene nada que ver con la religión o la creencia en Dios. Puedes agradecer a la vida, al mundo, a tu ser interior y a lo que está por llegar…. Es tan solo esa sensación de agradecimiento que no es necesario dirigir hacia nada ni nadie en particular. Solo di gracias, desde lo más profundo de tu ser.

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